«Con los deos, majestad» El cuento de las 7 sardinas que cambiaron el rumbo de la historia
A pesar de ser uno de los platos más populares de los chiringuitos, pocas personas conocen el auténtico origen de este sencillo, saludable y exquisito manjar. Es el cuento de las 7 sardinas.
¿Quién no se ha topado con un espetero y sus espetos paseando por las playas de nuestra tierra?
En el artículo de hoy te desvelamos su curiosa historia, además de contarte algunas curiosidades y secretos para que, a partir de hoy, espetes como un pro.
Originarios de Málaga, los espetos de sardina han conquistado prácticamente todo el litoral andaluz.
Su curiosa presentación, sorprendente puesta en escena e inconfundible sabor los han convertido en el plato preferido de lugareños y visitantes.
Pero, ¿Qué tienen de especial?, ¿a quién se le ocurrió usar cañas de azúcar para asar estos pequeños pescados plateados frente al mar?
Todo tiene su historia y esta empieza hace mucho, mucho tiempo…
El cuento de las 7 sardinas. Un manjar de reyes
Si seguimos la pista al espeto de sardinas nos remontamos a 1885. ¿Cómo consiguió un plato tan humilde lanzarse a la fama?
Como todas las buenas historias, esta también cuenta con un rey a punto de disfrutar de un jugoso banquete.
Se trataba nada más y nada menos que del rey Alfonso XII. El monarca estaba de visita en la Axarquía malagueña cuando se disponía a disfrutar de un delicioso espeto de sardinas en el famoso bar «La gran parada».
Y es que la historias de un malagueño llamado Miguel, que pinchaba las sardinas en cañas y las asaba en la arena junto al fuego habían llegado hasta palacio.
Cuando el rey estaba a punto de empuñar cuchillo y tenedor para degustar las sardinas, Miguel Martínez le espetó «con los deos».
Fue así como Miguel se convirtió en padre de los espeteros que aún hoy, junto a camareros y lugareños, advierten a turistas y visitantes que estos pescados prefieren las manos antes que los cubiertos.
¡Marchando una de curiosidades a la brasa!
El mundo de los espetos de sardinas está repleto de tradiciones. Ojo a las que hemos recopilado para ti, ¿ya las has vivido todas?
- Hasta bien entrado el siglo XX, las sardinas se hacían en el suelo de la playa, hoy se hacen en alto, facilitando el trabajo del espetero.
- En las moragas, las sardinas se acompañaban con un tomate picado: se cogía un tomate del huerto, para después lavarlo y picarlo en dados irregulares o cachelos. Estos trozos se cortaban con navaja a pulso, es decir, sin tabla de cortar. Se colocaba un plato debajo para recoger los cachelos y el jugo que desprendían. Era en ese mismo plato donde se servía ell tomate aliñado solo con sal y aceite.
- A la hora de disfrutarlas en las moragas, las sardinas descansaban sobre un trozo de pan. Era una deliciosa manera de no quemarse los dedos mientras la sardina impregnaba el cachito de pan con todo su jugo. Después, era ese mismo pan el que se mojaba en el plato del tomate picado. ¿Ya se te está haciendo la boca agua?
- Las sardinas y el tomate picado se solía acompañar de vino casero, pero con el boom del turismo en los años 70, las familias comenzaron a beber sangría en las moragas nocturnas frente al mar., ya que era también esta la bebida que los hoteles servían a los turistas.
- También es costumbre poner una parrilla de alambre por la mañana, al encendido de la leña, para rellenarla de pimientos pintados con aceite y sal.
Como ves, se trata de platos de lo más sencillos, pero llenos de sabor y tradición. Pero sigamos abriendo boca, que quizás te apetezca espetar unas sardinas en tu próxima fiesta…
3 secretos para hacer un espeto de sardinas como está mandao
Si has llegado a probar los auténticos espetos de sardinas quizás hayas bailado con la idea de replicarlos en una barbacoas y fiestas. Pero, ¿qué secretos esconde esta delicia? Aquí te contamos los más jugosos:
- Clava las sardinas en la caña de azúcar como un espetero: Esta técnica consiste en insertar los peces por el lomo y que la espina quede siempre por debajo de la caña. Así la sardina queda sujeta y evitamos que se caiga. Además, la caña para el espeto debe ser de caña de azúcar. ha de estar bien afilada y sumergida en agua para que luego no se queme en el fuego.
- Espeta con el lomo hacia abajo: Para evitar que el sabor de la sardina se quede por el camino, espeta las sardinas invertidas.
- Sirve las sardinas solo con sal: nada de aliños, solo el puro y único sabor de la sardina en espeto.
¿Te ha gustado el cuento de las 7 sardinas? ¿Ya has disfrutado de unos buenos espetos a orillas del Mediterráneo?
Te esperamos, como siempre, en Neptuno.